Martes 20 de diciembre de 2011, 19.00 horas. Martes de Cine

Seminario permanente de la sustentabilidad
invita:
Martes de cine (con conciencia) en Kinoki

este martes 20 de diciembre, a las 7:00pm:

Presentación del Largometraje
También la lluvia

con debate posterior

entrada gratuita, en:

FORO CULTURAL INDEPENDIENTE KINOKI
Belisario Domínguez 5A esquina con el Andador Guadalupano
centro de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.



Sobre la película:
También la lluvia es una película española, dirigida por Icíar Bollaín en 2010.

Sobre También la lluvia, la directora afirma "No es una película intimista, pero sí creo que es de personajes, y en eso se parece mucho a las anteriores mías, pero más grande, con una parte de época y otra del presente en la que narra acontecimientos sociales que pasaron en Bolivia, pero al final es una historia en torno a dos personas, sobre todo de una, Costa, el productor, que hace un viaje personal de madurez, de compromiso personal".

También la lluvia es una historia inspirada en la Guerra del Agua que tuvo lugar en Cochabamba en Abril del 2000 y cuenta la historia de Sebastián y Costa, un director y un productor que quieren hacer una película sobre Cristóbal Colón que dé la vuelta al mito. La historia de un Colón obsesionado por el oro y represor de indios y también la de quienes lo denunciaron: los padres Bartolomé de las Casas y Antonio de Montesinos. Pero mientras ruedan en Cochabamba estalla el conflicto por la privatización y venta a una multinacional del sistema de aguas de la ciudad, la tristemente famosa (y real), Guerra del Agua del año 2000.

Título: También la lluvia
Título original: Even the Rain
Duración: 105 min.
País: España / México / Francia
Estreno en USA: 18/02/2011
Estreno en España: 05/01/2011
Productora: Morena Films
Director: Icíar Bollaín
Guión: Paul Laverty
Reparto: Luis Tosar, Gael García Bernal, Juan Carlos Aduviri, Karra Elejalde, Raúl Arévalo, Cassandra Ciangherotti, Carlos Santos, Dani Currás, Vicente Romero


Privatización del agua en Cochabamba (Bolivia)

Según un informe del Banco Mundial fechado en 2002, la privatización del servicio de abastecimiento del agua en Cochabamba era necesaria ya que a mitad de los años 1990 el abastecimiento llegaba solamente al 40% de la población, el servicio era intermitente, con sólo unas cuatro horas de agua al día y de calidad no garantizada.

La población sin abastecimiento de agua compraba agua, que tampoco estaba garantizada sanitariamente, a precios desorbitados de camiones cisterna. Información similar puede encontrarse en la página web de Bechtel, que participaba en un 27,5% en el consorcio Aguas del Tunari, la única compañía en el concurso de privatización.

Fuerte subida de las tarifas del agua

En septiembre de 1999 el Gobierno de Bolivia firmó un contrato por valor de 2.500 millones y por 40 años con Aguas del Tunari. Este contrato se anuncia oficialmente en octubre y el mismo mes se aprobó la controvertida ley 2029, por la que se abría la posibilidad de privatizar para un monopolio privado todo el agua de una región, incluyendo la infraestructura y los recursos de comunidades de regantes y campesinos, de allí el título de la película También la lluvia.

Otro factor importante de las protestas fue la fuerte subida de precios que se dio en las tarifas del agua a partir de enero de 2000. Algunas fuentes indican que las subidas estuvieron entre el 30 y el 300%. En su página web, Jim Shultz muestra facturas con subidas del agua superiores al 60% y de hasta el 90%. Y esto para una ciudad en la que la mayoría de los habitantes ganaban menos de 100 dólares al mes, en muchos casos suponía una elección entre comprar comida, o pagar la factura de agua, lo que provocó numerosas desconexiones del servicio.

Comienzo del movimiento en Cochabamba

En el mismo mes de enero de 2000, las protestas empiezan en Cochabamba, con cuatro días de huelga y el bloqueo de calles. Para el 4 de febrero, la “Coordinadora de Defensa del Agua y la Vida”, una organización de base que aglutina a sindicatos y asociaciones de Cochabamba junto con organizaciones campesinas e indígena de los alrededores, planea una toma pacífica de la ciudad. Sin embargo, ésta se vuelve violenta debido a la represión de la policía y el ejército, que causó más de un centenar de heridos.

Después de estos acontecimientos, el Gobierno se compromete a revisar las tarifas del agua, pero los habitantes de Cochabamba se impacientan debido al largo periodo de negociación para realizar estos cambios. En marzo la “Coordinadora”, con pocos recursos y sin ninguna colaboración de las autoridades, organiza un referéndum no oficial por el que una mayoría del 96%, en un total de unos 50.000 votantes, se decanta por el fin de la privatización del agua y la terminación del contrato con Aguas del Tunari.

Estado de Sitio en Bolivia

El 4 de abril, la “Coordinadora” comenzó un paro indefinido en Cochabamba. Al tercer día, la “Coordinadora” fue obligada por diversas presiones a ir a la mesa de negociación y aquí empezó una serie de graves y contradictorios hechos que enardecieron a la población y que provocó concentraciones de hasta 50.000 personas en Cochabamba. Estos se sucedían rápidamente: detención de los líderes del movimiento en la mesa de negociación, para su posterior liberación, y anuncio de un supuesto Estado de Sitio que fue posteriormente desmentido.

Finalmente, se declaró oficialmente el Estado de Sitio pero no se calmaron los ánimos. Siguieron dándose detenciones, las protestas continuaron, incluso en otras ciudades de Bolivia, y hubo bloqueos de carreteras y autopistas. Los manifestantes no se limitaban al tema del agua en Cochabamba, sino que pedían el fin de la grave situación económica de la mayoría de la población y las elevadas tasas de paro. En su represión, la policía y el ejército usaron gas, pelotas de goma, y munición, matando al menos a seis personas, incluyendo al joven de 17 años Hugo Daza.

Fin de la guerra del agua en Cochabamba

Tras una semana de enfrentamientos y protestas, la población de Cochabamba consiguió una importante victoria y lo que el Gobierno había declarado poco antes imposible: el fin del contrato de Aguas del Turani. Además, se consiguieron la liberación de todos los que habían sido hechos prisioneros durante el conflicto, y las modificaciones demandadas para la ley del agua 2029.

En 2001, Bechtel emprendió acciones legales contra el Gobierno de Bolivia por la rescisión del contrato (ambas partes llegaron a un acuerdo sin compensación económica en 2006). Pero este hecho solo sirvió para que la guerra del agua de Cochabamba continuara con protestas en puntos tan alejados como Washington y se convirtiera internacionalmente en un símbolo para los movimientos antiglobalización y anticapitalista.